Dicen que los jueces de la guía
Michelin que visitan los restaurantes, van de dos en dos y de traje y corbata,
siempre piden una botella mediana de vino, uno pide una entrada y un segundo y
postre y el otro el menú degustación; además siempre dejan un tenedor en el
suelo para percatarse si el personal de sala es atento y se da cuenta.
Mutandis mutandi, este domingo
para hacer esta columna, entramos Marvin y yo al restaurante “al uso nostro” de
la Beni, era todavía pronto habían pocos clientes, y el ambiente hogareño del
local nos sedujo.
Nos recibió una chica simpática,
con actitud y empatía, justo la persona que quieres encontrar en un restaurante
para que te alegre la vida. Lo que para los jueces de pacotilla de Michelin fue
una grata sorpresa
Los restaurantes que deseen
obtener alguna estrella deben tener en cuenta la selección de los productos, la
creatividad, el dominio del punto de cocción y de los sabores, la relación
calidad-precio y la regularidad. Además, los jueces también pueden asignar de
uno a cinco cubiertos en función a la atención en la entrada, el confort y el
servicio con el que se sirve a los clientes.
Este restaurante hubiera
conseguido no la estrella, pero si cinco cubiertos por la atención, por lo
acogedor, el confort y el servicio. En cuanto a lo que comimos le doy la máxima
puntuación a la mozarela al horno con sombrero de pomodoro.
Siguiendo con las noticias
gastronómicas de lujo vale la pena nombrar que esta semana en el canal Isuto
con el tercer anillo se ha inaugurado el flamante edificio “El Bosque” que
alberga el super store de Tramontina algo más de un soberbio showroom que hará
las delicias de los restaurantes de Santa Cruz y de todos los hogares. Un
pajarito de “El Bosque” me ha contado que, en pocos meses, este edificio
albergará uno de los restaurantes más originales de la ciudad.
Por último, después de
fanfarrias, risas y alegrías gastronómicas, siempre llegan las lágrimas, la
tristeza, nuestro amigo y buen Chef Ángel Limpias tiene que cerrar por fuerza
mayor su local OAK de Equipetrol un buen lugar de encuentro para compartir
buena carne, mi yuca preferida con queso y un sinfín de fruslerías
gastronómicas que siempre se refrescaban con un suculento chop de cerveza
mientras mirabas el partido de la jornada.
En “Oak” si hubieran entrado los
inspectores de Michelin algo habrían dejado caer, ahora solo ha caído el plomo
del silencio, al estilo del “uso nostro”, parece que la calle de los
candelabros no da buenos augurios para quienes quieren acampar en la zona.
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