martes, 12 de febrero de 2019

VAN DE DOS EN DOS



Dicen que los jueces de la guía Michelin que visitan los restaurantes, van de dos en dos y de traje y corbata, siempre piden una botella mediana de vino, uno pide una entrada y un segundo y postre y el otro el menú degustación; además siempre dejan un tenedor en el suelo para percatarse si el personal de sala es atento y se da cuenta.
Mutandis mutandi, este domingo para hacer esta columna, entramos Marvin y yo al restaurante “al uso nostro” de la Beni, era todavía pronto habían pocos clientes, y el ambiente hogareño del local nos sedujo.
Nos recibió una chica simpática, con actitud y empatía, justo la persona que quieres encontrar en un restaurante para que te alegre la vida. Lo que para los jueces de pacotilla de Michelin fue una grata sorpresa
Los restaurantes que deseen obtener alguna estrella deben tener en cuenta la selección de los productos, la creatividad, el dominio del punto de cocción y de los sabores, la relación calidad-precio y la regularidad. Además, los jueces también pueden asignar de uno a cinco cubiertos en función a la atención en la entrada, el confort y el servicio con el que se sirve a los clientes.
Este restaurante hubiera conseguido no la estrella, pero si cinco cubiertos por la atención, por lo acogedor, el confort y el servicio. En cuanto a lo que comimos le doy la máxima puntuación a la mozarela al horno con sombrero de pomodoro.
Siguiendo con las noticias gastronómicas de lujo vale la pena nombrar que esta semana en el canal Isuto con el tercer anillo se ha inaugurado el flamante edificio “El Bosque” que alberga el super store de Tramontina algo más de un soberbio showroom que hará las delicias de los restaurantes de Santa Cruz y de todos los hogares. Un pajarito de “El Bosque” me ha contado que, en pocos meses, este edificio albergará uno de los restaurantes más originales de la ciudad.
Por último, después de fanfarrias, risas y alegrías gastronómicas, siempre llegan las lágrimas, la tristeza, nuestro amigo y buen Chef Ángel Limpias tiene que cerrar por fuerza mayor su local OAK de Equipetrol un buen lugar de encuentro para compartir buena carne, mi yuca preferida con queso y un sinfín de fruslerías gastronómicas que siempre se refrescaban con un suculento chop de cerveza mientras mirabas el partido de la jornada.
En “Oak” si hubieran entrado los inspectores de Michelin algo habrían dejado caer, ahora solo ha caído el plomo del silencio, al estilo del “uso nostro”, parece que la calle de los candelabros no da buenos augurios para quienes quieren acampar en la zona.

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