El otro día un amigo me soplo las
narices y me dijo que era un “pijoponcho” pues sólo iba a restaurantes top para
hacer mis crónicas. Yo le espeté una fresca y le dije que esperara la próxima
columna.
Me fui cerca de la Villa 1° de
mayo allá en el Barrio de San isidro donde la Radial 10 cruza la 16 de julio a
cien metros la primera calle a la derecha la calle 1 , todavía de tierra , a
cien metros debajo de una palmeras esta el Restaurante HUARI un oasis de la
comida cochabambina para 500 comensales.
Al contrario que todos los
restaurantes solo abren lunes y martes de 12 del medio día a 3 de la madrugada
con un extra los martes por noche donde la orquesta en directo suena a todo
trapo.
No querías caldo, querido amigo
Pablo pues dos tazas. Para empezar caldo de hueso de res con huevo y mote
huilcaparu o sopa de Patatitas de cordero también con huevo como mandan los
cánones.
No hay lugar en Santa Cruz igual
que HUARI para degustar la autentica genuina y verdadera gastronomía cochala de
antaño.
Lo primero es el producto, 100 %
traído todos los domingos desde la mismísima Cochabamba. Una vez dentro, en la
cocina empieza la selección limpieza y elaboración. Pues como bien saben los
expertos en la materia de la comida regional de la Llatja algunos platos
requieren 24 horas.
Para que nadie se escandalice y
con el fin de poder hacer la columna perfecta y que no falte ni un ápice
seleccione 11 poquitos de los grandes platos y para que todo rime con el nombre
del restaurante lo mojamos con dos botellones de cerveza Huari.
Ni decir tiene que todo fue muy
autentico con unos sabores texturas y aromas indescriptibles que si estos
platos con delicadeza y hermosura se sirvieran en Equipetrol estuviéramos ahora
hablando de la Nouvelle Cuisine Cochala.
A modo de alineación de la final
de Libertadores los platos se colocaron de la siguiente manera, En la portería
La Sopa de patas de cordero, luego matabre crujiente, colita de res y lapi en
la defensa, en media charque crujiente, ensalada de chuño con huevo, quesillo
de la Llatja. Delante la planchita de res con chuleta de chancho, jamón, queso
chorizo y huevo a la plancha. Y para rematar sacaron excepcionalmente una
fejioada pues la hija de la dueña vive en Brasil.
En el banquillo se quedaron entre
otros el famoso pique macho por lesión. O sea que he ganado la apuesta y la
copa Libertadores de la Gastronomía.
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