domingo, 30 de abril de 2017

RICO SABROSO Y BOLIVIANO


Restaurantes cochabambinos esparcidos por todos los anillos de Santa Cruz hay muchos, pero uno que se distinga por su diseño, innovación y pureza en el yantar de la Llatja sólo hay uno en la Av. Beni entre 4to y 5to anillo, y cuyo nombre es una de las esencias tradicionales de la gastronomía de esta región boliviano.
La verdad que me lleve una grata sorpresa; primero por su imagen y diseño de este local, partiendo de su “ branding” de cabecera, su carta y decoración.  Ya es mucho avance para un local de este gremio de cocina regional la modernidad. El logo de LOCOTO´S así se llama el restaurante sustituye sus “oes” por locotos con los colores nacionales y esta trabajado con  tipografía “fashion”
Este diseño que se transmite en la carta, mantel y luego en todo el restaurante, un local  limpio luminoso y generoso en su capacidad.
Precio acorde al producto ya que los platos siguiendo la tradición cochabambina son de estos que hay que compartir, que no caben entre pecho y espalda, ya saben a la hora de comer los cochalas siempre lo hacen a lo grande.
Y si ya nos metemos en lo puramente gastronómico, todo lo típico lo encontrarás desde el sencillo sillpancho, a una deliciosa sopa de mani o al característico lapping, pasando por el poderoso pique macho, al Ch´ajchu, picante de lengua o chicharon cochabambino.
Podemos salirnos de la región  y  pedir un charkecan que dicen que compite con el orureño, o lomo borracho que se lo pelean con los tarijeños. Pasando por el menudito chuquisaqueño. En definitiva si su bandera es cochabambina, en este coqueto lugar podés pasearte gastronómicamente por toda Bolivia.
Y si me preguntan cuál es la especialidad de la casa les digo que el chorizo cochabambino, así lo anuncian a bombo y platillo los dueños del local.

Ahora, si va a este espacio gastronómico, recuerde ir con calma, pues a él  se va a comer y comer, rico sabroso y boliviano. 

EN PAPEL PRENSA:

jueves, 6 de abril de 2017

APAGA Y VÁMONOS


Han probado alguna vez un plato tan simple formado por: ocho habas ocho, con una lluvia de queso mojeño rallado sobre ellas y todo servido en una teja de pizarra. A esto yo le llamo arte gastronómico, estratosférico. No sólo por la presentación, lo sublime estaba en las papilas.
Como decía Mies Van de Roe, menos es más, ocho habas + rallado de queso mojeño = exquisitez. Esto es lo que me ha ofrecido entre otras cosas el gran artista del “fooding” Franklin Gushi en su reapertura de su coquetón restaurante de la Velasco DOSSIER Le Bistrot.
Sin lugar a dudas, y muy a pesar para aquellos que no saben comer sin atiborrarse, DOSSIER Le Bistrot  y Franklin Gushi, se ha convertido en lo mejor de Bolivia sin envidiar ningún otro restaurante, que juegan con personal y presupuestos  de  Real Madrid, y en DOSSIER solo hay un volver a empezar, una cocina mínima, pero la humildad, buen hacer y la sabiduría de un gran maestro.
El secreto la experiencia que este gran chef beniano  ha adquirido en  medio mundo, y que le hace trabajar como los grandes, y los grandes comienzan muy de mañana buscando personalmente el producto en el mercado o escogiendo en los proveedores de absoluta confianza.
Dossier al medio día va con una mini carta para salir del paso para ejecutivos, todavía no tiene la infraestructura para echar cohetes. Por la noche una cena con siete pasos para disfrutarla despacio sin prisas, posando primero los ojos luego buscando aromas para llegar con la boca a matizar texturas sabores y emboques. Cuando terminas quieres más, pero hay que decir que no que vendrá una nueva verbena de sorpresas  en el siguiente paso. Precio módico por tal genialidad.

Si bien los pasos cambian todas las noches yo recuerdo las costillas de pacú con cebollas de chola, la tilapia con quiabo y salsa de wakataya, cordero mamón con quinoa y palmito, huevo pochado, con salsa de hongos y jamón, pescado confitado en aceite de castaña con perfume de flores nativas y no digamos si aquel día el maestro Gushi, tiene a mano una buena carne madurada con sal ahumada del mar negro y pimienta; este día apaga y vámonos, no podés pedirle más a los sentidos.