¿Por qué? Cuando hablas con los
Chef y los dueños de los restaurantes todos tienen claro sobre el papel cuales
son las claves de triunfo en el sector y luego no lo cumplen. La razón no la
sé, pero si le puedo dar las 5 claves, ellos me las han contado.
1.- Ofrecer más que una cena o almuerzo, una experiencia para
todos los sentidos. La comida entra en primer lugar por la vista. Así que hay
que cuidar todos los detalles visuales, incluso los que no son gastronómicos.
Buscamos vajillas originales, mantelería de hijo, decoración de la mesa…etc. La
cocina ya no está solo en la cocina, sino en la mesa y la sala.
2.- Otra clave es la creatividad
e innovación, salvo los devoradores de churrasco, la mayoría de clientes de los
restaurantes, les gusta ser sorprendidos con nuevos platos. Aconsejo formar un
equipo de creatividad para proponer propuestas según lo deseos que se van
escuchando en sala.
3.- Hacer con algunos platos algo,
que no sea solo recreo de la vista y del gusto, sino que también intervenga el
tacto: un plato lúdico, que el comensal tenga que completar por él mismo. Estos
platillos deben ser entradas que de cortesía y sirven para demorar la espera
del pedido. Por ejemplo dejar unos tomates unas rebanadas de pan tostado aceita
sal y ajo y que el cliente aderece él
mismo el famoso “Pan con tomate catalán”.
4.- Tenemos que empezar a hablar
en cada plato de “su concepto”; qué esconde el palto, no en cuanto a qué
alimentos contiene, sino conceptualmente que aporta el plato en cuanto al
bienestar, salud y otros factores. Hay cartas que ya indican si el plato es
para diabéticos, celiacos o señala las calorías. Una carta así vale un imperio.
5.- Y la última regla, tendría
que ser la primera, pues si hay calidad en cocina, experiencia, innovación,
aspecto lúdico y concepto y no tenemos los tiempos bien medidos todo se va al
traste. Por tanto desde que el mesero levanta el pedido hasta que se sirve el
plato solamente tienen que pasar 20 minutos, de lo contrario el estómago del cliente
empieza a revelarse y todo lo que antes era glamuroso y riquísimo, es odiado
para siempre.
Y recuerde todo con agua o vino,
no me fastidie sus platos endulzando sus papilas con gases y azucares.
EN PAPEL
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