viernes, 28 de febrero de 2014

Bienvenidos al “teatrillo” Gastronómico



Nuestra gastronomía está evolucionando tanto, que ya no sabemos si este trabajo se tiene que hacer en la cocina o  en los circos y en los mejores teatros del mundo; ya no sabemos si el trabajo del chef es el cocinar para que el comensal   o es cocinar  para el show y el espectáculo. Vemos que las tendencias de “Madrid Fusión” y sin ir tan lejos en  nuestra querida Santa Cruz,   cuando vamos a un restaurante parece que  entramos “cirque de le Solei”.

Esta  comedia no cambia desde hace años, es como la Traviata de Verdi, siempre pasa lo mismo, el primer acto del show gastronómico comienzan con el homenaje a la  «nouvelle cuisine» de los Bocusse, Guérard, Troisgros Robuchon;  y el segundo acto es una “astracanada”, como la del  frutero madrileño Félix Vázquez que compró en una subasta una trufa blanca del Piamonte de unos 400 gramos por 4.500 euros, con la intención de regalársela al Príncipe en su despedida de soltero, acompañando así el chiste fácil «La trufa es sumamente afrodisíaca»

Y luego el escenario se llena de hombres de blanco detrás de una  cocina de diseño, retro proyectados en una pantalla de plasma… En los restaurantes, el show comienza con la misma carta del menú,   los platos son rimbombantes en sus nombres, de una esmerada plástica en su composición, de untuosidad aromática  con unas laboriosas y complejas puestas en escena, donde lo difícil lo hace a escondidas en la  “termomix”.
Al terminar la representación, los asistentes  lamentan encontrar en estos platos, cuyos precios no son baratos, más cavilaciones que recetas, o lo que es lo mismo más poesía que producto. Pero todos contentos,  los clientes que se dan el gusto y los grandes “chefs” que engrandecen el escenario con su presencia salen satisfechos.

Después de hacer examen nos tenemos que preguntar ¿Debe ser este el camino de nuestra gastronomía. O hay que volver a cauces más tradicionales? 

Un refrán  de mi tierra dice: “Toda piedra hace pared”;  si el “show bussines” suma y hace que la gente se interese por la cocina y entren a los restaurantes; bienvenido sea “el Teatrillo  gastronómico”, de platos voladores, llamaradas en el aire y colores estereotipados.

LEER EN EL DEBER
http://www.eldeber.com.bo/al-fin-viernes/2014/02-28/ver.php?id=140227214111
(Por motivos de espacio algunas veces las notas se cortan para de esta manera mejorar la maquetación, así pues en esta bitácora puede usted leer el original y luego el publicado obviamente son un poco distintos)

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