Hay sitios donde se come muy
bien, pero que carecen de alma, y otros con muy buen ambiente, pero unos platos
terribles y con un servicio lento.
Creo que los sitios que ahora me
están gustando en esta ciudad y son lugares donde se armonizan ambas cosas,
como por ejemplo locales de sushi o de comida asiática, los ítalo-españoles de
guisos paellas y tapas y también están sobresaliendo los peruanos.
Hoy no quiero dar nombres
concretos de restaurantes solamente aportar unos “tips” para que sirvan a los
restaurantes de nuestra ciudad crecer e innovar.
En la cocina: Hay que buscar el
contacto directo entre el cocinero y el cliente. Es muy interesante poner la
cocina delante para que el cliente para que vea cómo se elaboraban los platos.
O comer en la barra pidiendo lo que el chef está haciendo al otro lado.
Necesitamos puestas en escenas cuidando hasta la ropa, ya no se lleva que el
cocinero vaya de blanco llamaba demasiado la atención, creo que deben ir de
negro, rojo o de naranja.
En sala hay que estar más atentos, cuidar la
mantelería los vasos y copas grandes para los vinos, la iluminación, los
detalles sorpresa. Es importantísimo, conocer a los clientes y sobre todo
cuidar la ley de los 20 minutos, un cliente con hambre, pasado este tiempo,
empieza a enojarse, por eso también hay que introducir la costumbre de servir
pequeñas “picaditas” a cuenta de la casa.
¿La cena o el almuerzo perfecto? Depende del
momento y de la compañía. La mejor comida aquella es la más sencilla, donde los
sabores y aromas así como las texturas que captan inmediatamente por los
sentidos. Donde haya un buen pan crujiente, una carne con sal gorda o un
pescado al horno con un toque de aceite de oliva, así como un buen guiso que se
quite la cocina molecular.
Cocina, sala y comida tres
espacios para cuidar y comenzar a innovar.