lunes, 27 de octubre de 2014

VINO PARA QUEDARSE


Si hay algo que tiene el vino es que promueve la conversación. Con una o dos copas encima la gente se suelta para hablar sobre infinidad de temas, desde sentimientos a fútbol, política y el propio vino (del que siempre se habla mucho).

Pues si les parece agarre una copa de vino y empecemos a conversar del vino. ¿Por qué el vino engorda? Porque el alcohol es calórico. Y una copa de blanco seco se estima que aporta unas 70 calorías, mientras que en un tinto la cifra asciende a 100.

¿Por qué se brinda chocando las copas? La historia es confusa y no hay una sola teoría. Están los que dicen que al chocar los vasos los reyes mezclaban las bebidas y así evitaban (o compartían) el siempre posible envenenamiento. Otros dicen que para llamar a los ángeles. Nosotros nos inclinamos por la más sencilla de todas: ¿qué otra cosa se puede hacer con una copa antes de beber?

¿Por qué el vidrio de las botellas de vino es de color? El dato técnico es que protege al producto del a acción de los rayos ultravioleta.

¿Por qué los blancos se beben fríos? No es un capricho, sino una forma de realzar su frescura. El truco con los blancos es que al no tener taninos ni extracto seco que aporten a la sensación de volumen en boca, la acidez interfiere abiertamente con el alcohol, de modo que al bajarle la temperatura esa interacción se morigera a favor de la frescura y no del calor del alcohol. Y el vino queda agradablemente bebible y no mórbidamente descartable.

¿Por qué se dice tinto y no rojo? Hay varias teorías. La más sensata es la que refiere a que el vino rojo tiñe cualquier cosa y a contar de ese poder para conferir color, al menos en español, es que hablamos de vinos teñidos o tintos. Pero no alcanza a aclarar la cuestión, ya que las uvas “blancas” debieran llamarse sin tinte o menos tintas, siguiendo la misma lógica. Lo curioso es que en inglés, francés e italiano, los vinos sean rojos –red, rouge y rosso- antes que tintos. Misterio.

En fin del vino no parraríamos de hablar por esto mi nuevo libro se llamará “Vino para quedarse”. Es verdad, ya voy a por los 10 años en Bolivia y me gusta tanto Santa Cruz que me quedaré.



viernes, 10 de octubre de 2014

¿ Cómo saber que un vino esta malo sin descorchar una botella?


Si abrimos esta botella de CS de Campos de Solana ahora en 1914
seguro que su vino ya está deficiente. No por la bodega sino porque
ya pasaron cuatro años, y esta botella se tendría que haber descorchado
y bebido a finales de 2010, mejor en el 2011 o como mucho en el 2012.

Llevo dos días de fiesta con un sofocón. Pues resulta que descorchamos los vinos y están para botarlos y lo único que podemos hacer con ellos es regar las plantas del jardín.

Con las prisas y los líos que llevo entre manos, le encargo a mi empleada ir al Híper a por alguna botella de vino pero la pobre, no da ni una. La verdad es que le debía explicarle que vino comprar, donde cuando, qué cosecha etc…. Y no le digo nada, pues  creo que ella ya lo debe saber todo y el resultado es nefasto, con el pecado va la penitencia.

Llego a casa apurado y veo la botella sobre la mesa y le digo a mis invitados, mejor no descorcharla esta malo este vino es puro vinagre sólo sirve para cocinar.

Mis invitados quedan, perplejos, con los ojos como platos y me dicen “Pero si es de tal o cual bodega súper famosa” “ ¿Cómo sabes sin descorcharlo que hay que botarlo?”

Y les respondo: “Muy fácil amigos, miro la fecha de vendimia que lleva la botella y ver este número mágico me lo dice todo.”

 La mayoría de vinos que se consumen en el Nuevo Mundo son jóvenes o han hecho sólo una pasadita por roble, o sea que no resisten más de dos años en botella, al tercero ya empieza a decaer.
Todos los vinos jóvenes tienen que beberse en el año de cosecha o al siguiente de lo contrario tenemos un vino “tumbado”, que sólo sirve para cocinar o regar geranios.

Además en Santa Cruz con este calor los vinos se conservan muy mal, y llevan fatal esto de una buena guarda, a no ser que estén en una neverita “ad hoc” entre 14 y 16 grados.

Los vinos jóvenes tienes que beberse cuanto antes, al año después de  la cosecha o como muy tarde, año y medio o dos después de la añada que sale impresa en la botella.

Mi empleada sigue creyendo aquello de que “el vino cuanto más viejo mejor” esto es sólo para los reservas o gran reservas. Por fin ya se lo he explicado, ahora ya no tengo en mi mesa botellas de 2007 que se tenían que haber abierto en 2008 o como muy tarde en 2009 y estamos en 2014.

Ya sabe en 2014 hay que beber las de este año las de 2013 o como mucho las de 2012. O seguirá regando las flores con vino.