Dicen en el país que la bandera
no puede ser una mordaza.
Gustan pensarlo esos cocineros
que viven su carrera profesional atormentados por la obsesión del éxito, y lo
aplican en cuanto ven cuestionada su grandeza, ignorando que el diálogo, el
debate y la reflexión que ambos conllevan son, precisamente, los mejores
argumentos para la mejora y el crecimiento.
Ni siquiera la idea de patria
como realidad suprema está reñida con el choque de ideas y mucho menos con el
trabajo, la curiosidad y el conocimiento.
Ahora que nuestra patria está en
alza el surgimiento gastronómico gracias a los aterrizajes que hemos tenido de
otras nacionalidades, y prueba de ellos son locales como Gustu en La Paz,
Dossier o la Suisse en Santa Cruz o
Papikra o Marvinos en Cochabamba.
Punto y aparte son los tipos de
gastronomía que sobre vuela nuestra tierra, es lógico que las influencias
peruanas, argentinas, así como las brasileñas se hagan presentes en nuestro
país. Pero lo asombroso es como las europeas de distinto pelaje han arraigado en
nuestra tierra.
Esto se debe a los chefs Michelin
que han aterrizado en nuestras tierras y han inducido un quehacer gastronómico
distinto donde priman los secretos de la cocina francesa, el producto y la
creatividad lo que podríamos llamar pura innovación gastronómica local.
Así en Dossier tenemos sorprendentes
platos como Filetes de corvina con aceites de almendra y polvo de chipilo.
O bien en Gustu postres como el Helado
de suero de leche con granita de eucalipto, gajos de naranja y azulina...
O en La Suisse con su consistente
línea de carnes sous-vide, donde tanto la res como el chancho renuevan nuevas
sensaciones no descritas anteriormente gracias a este tipo de cocción.
Son tres ejemplos que se
multiplican por imitación, experimentación o invención en el resto de los
fogones de los restaurantes cruceños. Ya estamos emplatando al estilo de la “nouvelle
cuisine” con el fin de estimular los cinco sentidos especialmente la vista.
Por eso vemos en todos los
restaurantes, sobre todo a las damas, el ir venir de celulares de la cartera a
la mesa para hacer las instantáneas de los platos para subir a face o
Instagram.
Lo que me pregunto será una moda
o volveremos al tradicional fricase de Inés España, 100% boliviano, donde no
caben ni banderas foráneas ni fogones extranjeros.