jueves, 10 de agosto de 2017

LO QUE NO SE DEBE HACER EN UN RESTAURANTE


Ser un gourmet es saber cómo comportarse y comer en un restaurante, las formas importan y denotan al vulgar del señor, ponen en el escaparate al ramplón y destacan al ilustrado.
Por ejemplo comerte lo que te echen, y dejar el plato como si lo hubiera lamido un perro es una ordinariez, en un restaurante hay que dejar algunas sobras pocas propias de haber disfrutado el plato en su cabalidad.
Pedir la carne muy hecha, socarrada, demuestra una simpleza gastronómica de “chupate domine”,  no digo más, pues en Santa Cruz se aprecia la carne, esto evidencia no saber de carne.
Ignorar las temporadas. Las estaciones hacen que tengamos en cada una de ellas unos u otros alimentos si pues los platos que prepara el chef para la carta están acorde por la temporada, es absurdo pedir caza en verano cuando la temporada de caza es en otoño, o bien pedir setas en abril si en octubre y noviembre es cuando asoman en el bosque. Así con todo, principalmente con la verdura y con el pescado fresco etc.
Un plato suele ser, en un buen restaurante complejo, tiene un poco de todo ya que el chef quiere obtener una mezcla de elementos para conseguir el un objetivo sublime. Por tanto ser “tiquismiquis” con los ingredientes que te ponen en un plato, y empezar a decir “a mi sin cebolla”, no me ponga aguacate, sin pimienta negra etc… está fuera de tono un chef busca mezclar ingredientes sin que nada sobre salga, si falta un elemento aquello ya no es lo que quiera el chef.
Es muy friky y en ya desuso usar el móvil en el restaurante, un viene a disfrutar de la gastronomía y de la compañía por tanto hay que vetar todo aquello que te distraiga para conseguir este objetivo tan placentero. Y no digamos recibir una llamada levantarse de la mesa dejar a tus acompañantes sentados y atenderla, esto es de lo más chabacano.
Por último, otro de los errores que se cometen es no mirar la cuenta. Algunas personas consideran una vulgaridad comprobar que la cuenta está bien; otras pasan por simple descuido. Todas ellas se arriesgan a pagar platos o bebidas que no han consumido. Que es habitual y no por mala fe en los restaurantes.

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