jueves, 10 de octubre de 2013

PIDA VINO BOLIVIANO


La exportación y enoturismo son bazas de crecimiento para cualquier Bodega. En Tarija y en Santa Cruz se han dado ya los primeros pasos en las distintas bodegas y empiezan  ya con la exportación continuada después de varios experimentos.

El principal problema es que se necesitan más litros y lo que está dando la tierra boliviana da para lo que da, no más.

Por ello en el mundo del vino en Bolivia se encuentra con una serie de paradojas; por ejemplo el vino Chileno está mucho más barato en Bolivia que en Chile y el vino boliviano en alguna gama es mucho más caro que los chilenos. Por eso a veces cuando nos acercamos a las góndolas la mano se nos va a estos vinos chilenos y argentinos.

El vino boliviano no tiene nada que envidiar al de nuestros vecinos, personalmente he podido comprobar en una cata con varios vinos foráneos, que nuestros “caldos” locales han salido como favoritos versus los vinos de nuestros vecinos, en esta cata a ciegas  el Colección de Altura de Campos de Solana arrasó frente a sus competidores.

La competencia es brutal entre bodegas, no sólo localmente, sino también en el mercado internacional, todas las bodegas apuntan a conquistar el mercado Norteamericano y el Chino ya que con poco que vendas en estas tierra es mucho lo que te reporta.

Pero esto no es todo la competencia ahora viene de Europa, si hace unos años llegaban a nuestras tierras algunos vinos franceses e italianos; ahora llega el desembarco de las bodegas españolas, y no se trata de la llegada de vinos “michis”, todo lo contrario llegan los “pesos pesados”.

Ni más ni menos que la empresa vitivinícola Bodegas Torres -propiedad de la quinta generación familiar-, convertida ya en multinacional española, fundada en 1870, con 50 millones de botellas al año de sus vinos en 160 países, que produce en España (11 Denominaciones de Origen), Chile y California; y ahora llega a Bolivia de la mano de D&M.

Pero los vinos bolivianos ante estas acometidas no deben temblar todos pueden y deben tener su cota de mercado a pesar de precios, marketing y otras zarandangas; el vino boliviano tiene su lugar pues cada día tiene más calidad y mejor trabajo en el terroir y además el consumidor del terruño sigue teniendo su corazoncito. Ya sabe cuando vaya a un restaurante, pida vino boliviano.

LEER EN EL DEBER 
(Por motivos de espacio algunas veces las notas se cortan para de esta manera mejorar la maquetación, así pues en esta bitácora puede usted leer el original y luego el publicado obviamente son un poco distintos)

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