jueves, 18 de abril de 2013

DE RESTAURANTES SOPAS Y CONVENTOS

Sopa de maní boliviana


Muchos de los platos que hoy son habituales en nuestra alimentación diaria surgieron hace siglos en el interior de los conventos y monasterios españoles y lógicamente después de 1492 después de la colonización, fruto de las manos expertas y de la sabiduría gastronómica de sus monjas y frailes.

En el silencio del “ora et labora” y el  sosiego de los claustros desde las  tierras fértiles de los huertos de “intra” convento y los corralitos de aves y conejos la despensa era de los más natural, sana  ya que se obtenían  los mejores ingredientes y productos sin tener que ir a los mercados. Tanto es así que el termino manjar viene de aquellas épocas.

 Las recetas de origen monástico, sencillas y austeras como corresponde a la vida conventual podemos encontrarlas en los restaurantes más tradicionales.

Las fórmulas para preparar sopas y potajes, platos del huerto, de la mar o del río, del establo, del corral o de la caza, deliciosos dulces y licores, etc. .. Todavía son posibles encontrarlas en Santa Cruz. Así es que la de hoy y la de ayer, siempre tiene a Dios entre las ollas, como decía Santa Teresa de Jesús, ilustre andariega que sabía mucho de cocina al mismo tiempo que daba consejos a las novicias en la oración.

En el libro que me regalo mi amigo Tuto, sobre la cocina boliviana dice citando a José de Urcullu que la función de la sopa es “la escolta de platillos hermosos, cuyo objeto es mover suavemente los sentidos, y abrir el apetito casi muerto. Con pompa y majestad, tras de la sopa una podrida olla va viniendo, no deben descubrirse confundidos la gallina, el chorizo y el carnero, el jamón y la vaca entre el garbanzo, acompañados de tocino fresco”.

Las sopas son uno de los platos favoritos de los bolivianos y para encontrar sopas que como dice el refrán “levantan a los muertos” podemos ir a el Aljibe   para disfrutar del locro de gallina criolla, la patasca, sopa de leche   , sopa de maní            o el famoso fricasé.

También en los locales más “cool” tienen en sus cartas sopas de origen monacal, cómo GOSS sopa de tomate, la sopa de pan, sopa de papa. En el chalet la Suisse destacamos la “sopa de cebolla” que siendo originaría de los conventos españoles a quedado como plato insignia de los franceses la “soupe à l'oignon”.

Cosa a parte son las sopas japonesas en Yorimichi, que tienen origen conventual sintoista, le recomiendo la sopa de fideo a base de katsuobushi o a base de sal, salsa soya o miso. O el Misoshiru es una sopa en la que se hierve el caldo de pescado  y a la que se le añade una masa de soya molida y soya fermentada o miso. Ahora bien sin ser pura sopa pero si “asopada” la estrella se llama Sukiyaki.

Del huerto al convento, del convento a la ciudad y de la ciudad al mundo;  la sopa un manjar que es la escolta de los mejores platos gourmet. No se olvide de ella cuando vaya a los restaurantes

LEER EN EL DEBER
(por motivos de espacio algunas veces las notas se cortan para de esta manera mejorar la maquetación, así pues en esta bitácora puede usted leer el original y luego el publicado obviamente son un poco distintos)

LINKS DE APOYO:

www.ramonfreixa.com


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