jueves, 18 de septiembre de 2014

EMBAJADOR POR MERITOS PROPIOS


Hace más de cinco años lo escribí en la revista “Catabuenvino” y ahora se ratificó públicamente que en el Diario Mayor: la mejor bodega de un restaurante que yo haya conocido, con vinos tan bien cuidados, mimados y seleccionados del nuevo y del viejo mundo, esta milagrosamente, en Santa Cruz y su propietario Carlos Suarez vela este tesoro como los “Beefeater” que guardan las joyas de la Reina de Inglaterra en la torre de Londres.

La “mina de oro” que esconde el Restaurante Michelangelo, ha sido ahora recompensada por el gran vino chileno Don Melchor de la Bodega Concha y Toro, como una de las bodega más prestigiosas del mundo, nombrado a Carlos Suarez su propietario, “Brand Ambassador” (Embajador de Marca).

Ser embajador de este vino Premium, que tiene a sus espaldas 24 cosechas, es para los entendidos en gastronomía y en enología un mérito encomiable, pues este no es uno de estos “adwar” que compran las empresas. Ser embajador de un vino de este nivel, ni se compra ni se vende;  se merece.

No en vano sólo cinco restaurantes en el cono Sur tienen en su vitrina este galardón. Sin ir más lejos el restaurante del chef chileno Guillermo Rodríguez propietario del “Espacio Gastronómico” de Santiago de Chile que es una de las catedrales “Delicatessen” .

En Santa Cruz, salvando esta isla enológica de Carlos Suarez,  faltan más eventos y restaurantes en los que se puedan degustar comprar y catar los verdaderos “formula 1” de los vino. Por esto tenemos que felicitarnos los cruceños por este galardón, que empezó a tejer desde hace 28 años, cuando acaparó en su cava las cosechas de este Melchor.

 Un Melchor que no es el Rey Mago que junto Baltasar y Gaspar siguieron la estrella de oriente, sino uno de los 12 vinos mejores del mundo, que con  sus aromas sabores juegan en las grandes liga superando los 96 puntos de Parker y que junto a su compatriota Chadwic, el español Vega Sicilia, los Châteauneuf-du-Pape, los Saxum americanos o  los italianos de Giovanni Manetti de  Fontodi en el corazón del Chianti, duermen en la bodega de su restaurante esperando un descorche, para celebrar los éxitos en este mes de Feria y Ruedas de Negocios.

LEER en El Deber: 
http://www.eldeber.com.bo/al-fin-viernes/2014/09-26/ver.php?id=140925220520




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